Capítulo 1
“Estoy jodido,”
dijo Joey con un suspiro que dejó escapar lo último que se pierde, esperanza; “no encuentro ni un solo rincón donde
esconderme de este fuego” decía mientras observaba un paisaje devastador.
Pasó así durante diez segundos pensando “las
llamas están por todos lados, ya no queda más opción”.
La pregunta más
común para un lector en esta situación sería la siguiente: “¿Qué está pasando?” Y es lógico puesto
que apenas está comenzando la lectura y ya hay fuego y tragedia por todos
lados. Entonces quisiera responder la anterior pregunta explicando los
acontecimientos de cómo un joven de 18 años se adentra en un Destino Turbio, aquel destino que tiene
aprisionada la memoria de guerreros por más de 600 años.
Primero
conozcamos a Joey Adams, que como dije antes tiene 18 años, es un poco… guapo,
su peso es de 57 kilos y una altura de 1,70m. Ahora quisiera resaltar que este
joven, Joey no tiene fortaleza alguna, ni en algún deporte, ni en sus estudios,
es más, se podría considerar un estorbo para la sociedad a juzgar por su
comportamiento. El logro más grande que ha conseguido este personaje es una novia llamada Clarice, quien es muy
linda además, esta pareja se caracteriza por tener conversaciones muy buenas. Además
esta chica tiene 16 años, con 1,68m, pelo castaño y lacio, lindos labios,
aunque lo que realmente destaca de ella son sus ojos, son tan lindos que la
misma luna podría estar celosa. Tiene buen cuerpo para su edad gracias al
ejercicio que practica y es de las mejores estudiantes de su centro educativo y
eso que en dicho centro no hay malos estudiantes, claro está, excepto Joey… ese
tipo es un caso perdido, es como si dijera que la evolución no lo afectó a él.
Claro, ahora mismo deberían estar preguntándose: “¿Qué relación tiene el tal
Joey con llamas o fuego?” Van a tener que seguir leyendo.
Ahora quisiera
comenzar la historia con la mañana del viernes 25 de Mayo del año 2435. Sí, esa
es la fecha de lo ocurrido. Bueno, el caso es que como es viernes, es el último
día de la semana para dar clases y aunque a Joey no le interesa mucho, es una
obligación.
Se oye un sonido
de alarma del despertador de Joey, son las 6:00am y Joey ni siquiera se
inmuta en abrir los ojos.
Se oye un sonido de alarma y esta vez Joey abre
los ojos solo para decir: “¿Para qué puse
esa estúpida alarma?” (Realmente podría abrir solo la boca, pero Joey es
estúpido y mientras abría un poco más los ojos para poder apagarla miró una
silueta en la puerta de su cuarto. Al momento de sacudirse y mirar bien casi
muere del impacto de aquella silueta contra su pecho. Él no tenía que pensarlo
mucho porque sabía que se trataba de su novia.
“Te perdono que no vayas al instituto, PERO
QUE NO TE ACUERDES DE DESPEDIRTE DE MÍ… ¡Te mataré!” dijo mientras hacía
una especie de llave utilizando los dientes y sus dedos, sé que suena extraño,
pero para ponerlo de manera simple le estaba mordiendo la oreja mientras pellizcaba
también la mejilla.
“¡AAAHHHH! Suéltame por favor, ¡te lo
suplico! ¡CLARITA!” Decía Joey con desesperación y Clarice Responde: “Te he estado llamando desde hace rato y como
no Contestabas decidí venir a buscarte… no pienso ir sola a mi viaje”.
Clarice nota que
Joey lo había olvidado de verdad. Al principio solo tenía la intención de
despertarlo y luego que se vayan juntos, pero dado a que la cara de Joey está
automáticamente confesando que no recordaba lo que prometió la tarde pasada,
Clarice aferra más sus dientes a la oreja de Joey y como puede dice: “¡Maldito Bastardo! Ni creas que me casaré un
tipo con principios de Alzheimer, no
pienso entregar mi cuerpo y mi inocencia a alguien tan inútil como tú.”
“Perdóname, dame 15 minutos.” Dijo Joey.
Pasaron 15 minutos
y Joey regresó totalmente listo para salir… “Estoy listo”
“¡¿Acaso estamos en una historia de novela de ciencia
ficción y fantasía o qué onda?!” Dijo Clarice de un modo algo dudoso, no
creía que en solo 15 minutos se hubiera bañado, cepillado, puesto los zapatos y
ropa. Así que se acercó y olió… perfume… “Cochino”
Dijo con voz sarcástica y un tanto burlesca “bueno, da igual, vámonos”.
Ah, pero debo
pedir disculpas de antemano, esta no es una historia de amor.
Esa mañana,
Clarice tenía programado un viaje hacia el extranjero en el lugar que antes era
un bosque, el bosque más grande del mundo por cierto. Allí se hizo una ciudad
inmensa debido a la escasez de territorio habitable para el hombre. De hecho,
en ese tiempo la tecnología estaba bastante avanzada y para prevenir impactos
en el ecosistema, se crearon máquinas capaces de bombear oxígeno en grandes
cantidades usando torres muy altas que succionan dióxido de carbono desde lo
más alto de la atmósfera. Así, los gases que causan el efecto invernadero no se
acumulan porque las máquinas, al absorberlos y recrear un efecto casi parecido
a la fotosíntesis, logran crear y distribuir el oxígeno en el planeta.
Un dato curioso de
esta época es que casi todos los animales están extintos, pero gracias al
desarrollo de máquinas que pueden replicarlos es como si no importara del todo,
de igual manera, extraño jugar con las aves exóticas. Lo mismo con el agua,
utilizan también la misma máquina de oxígeno para crearla. Además, para poder
moverse de un lado a otro, ya que hay demasiada gente, se utilizan los llamados
teletransportadores para ir de sus casas al parque o a la gran estación de
teletransportadores que es el lugar donde se conectan con las distintas
ciudades, aunque también existe la opción de caminar para quienes gusten.
Esta mañana
Clarice decidió caminar con Joey porque quería una conversación que de la cual
pudiera sacar buenos recuerdos. Lastimosamente, Joey apenas se levantaba de la
cama, no podría sacar algo bueno de este día.
Clarice se ganó
una beca de estudios en la Ciudad de la vida, como le llamaron al ex-bosque,
allí culminaría sus estudios hasta los 18 años y entonces regresaría con Joey a
esta ciudad.
“Dime Joey, ¿me extrañarás?” preguntó
mientras se detuvo en la calle de camino a la estación tomando iniciativa. Joey
la miró y mientras sonrió dijo “¿Cómo no
extrañar a quien me hizo pasar por tantos percances? ¿Cómo no extrañar a quien
me enseñó a vivir aun cuando no sirvo para nada? Por supuesto que pasaré todos los días durante este tiempo recordando
tu voz a cada instante, no sé por qué me escogiste a mí de entre todos los
hombres, pero no quiero desperdiciar tal honor, así que cada día me esforzaré
como nunca para llegar a ser una buena persona con la que puedas estar.”
Clarice abrazó a
Joey todo el trayecto hasta llegar a la estación. Al llegar, Clarice le da un
beso a Joey de sorpresa y dice tiernamente “Tienes
que ir al instituto, aún hay tiempo.” Y Joey contesta “¿Con esta ropa?, no puedo simplemente llegar a dar clases como un
civil, hay reglas en el colegio,” nota una mirada en Clarice como diciendo:
“nunca sigues las reglas”, “Está bien, lo haré” dijo Joey con una
sonrisa en la cara, acariciando su nuca mientras Clarice se alejaba entre la
gente.
Ahora llega el
momento para quitar el aire meloso que se había construido en los párrafos
anteriores. Ya había advertido que esta no es una historia de amor.
Camino al
instituto, como es un vago sin remedio, fácilmente se distrajo con la cartelera
de cine, claro que existían en esa época. Unos pasos más escucho lo siguiente
en un escaparate con televisores de alta gama: “Se han registrado radiaciones muy extrañas provenientes del espacio
hacia nuestro planeta,” decía la locutora, “esta es la quinta vez en tres años, pero lo escalofriante es que dichas
radiaciones sean completamente desconocidas y no presenten algún maleficio ni
para los servicios eléctricos ni para las personas. Aquí tenemos al experto en
radiaciones, el doctor Benjamin Thompson…”
“Así que aún no acaban las radiaciones…
¡Cierto, voy retrasado!” Dijo Joey mientras corría a toda velocidad, para
llegar a su instituto, existía un atajo que pasaba por un callejón y se metió
allí corriendo. En ese momento no se dio cuenta que había una presentación de peleas
callejeras, que de hecho, seguían existiendo en ésta época. Para cuando lo notó,
ya había chocado con el peleador que en el centro estaba. Pese a eso, siguió su
camino a toda prisa, pero prestando más atención a su alrededor. Si no hubiera
hecho eso, podría haber arrollado a un perrito que estaba por allí, pero se
detuvo y decidió caminar de allí en adelante. El perrito le siguió el paso,
como si estuviera agradecido por no ser arrollado. “Bueno, no es que me moleste la compañía de un cachorro.” Dijo
mientras disfrutaba la caminata con el can, de cualquier modo, ya estaba
llegando a su destino.
Al llegar al
instituto, se queda pensando sobre qué hacer con el perrito, pero notó que ya
se iba a jugar a los alrededores, así que no hay tanto problema. Cuando entró,
se extrañó un poco al ver que la fuente que estaba en el portón botaba una gran
cantidad de agua, sin embargo no le tomó importancia y se dirigió al salón de
clases.
Ahora quisiera
tomarme el tiempo de reflexionar acerca de si Joey es un mal estudiante, ¿Cómo
es posible que esté a sólo unos meses de graduación? Bueno, solo quise que lo
notaran.
Joey se sintió un
poco extraño al darse cuenta que estaba solo el aula de clases, hasta que vio
que había agua chorreando de las paredes. Esa extrañes se convirtió en miedo
porque al principio, Joey se imaginó lo siguiente: “Bah, no es gran cosa, solo unas pequeñas fallas técnicas que causaron
que las paredes estén locas, todo es posible en este siglo XXV. Lo mismo con la
fuente”, lo que pensaba era esperar a un profesor e informarle para luego
retirarse. Pero ahora que aquel hecho totalmente explicable se convertía en
inexplicable ya que la cantidad de agua que botaban las paredes era descomunal,
Joey agarró rumbo fuera de ese lugar. Cualquier persona con un poco de cordura
lo hubiese hecho, hasta yo.
“¿Ahora qué pasa?” pensaba Joey mientras
se alejaba del extraño escenario que se formaba, es realmente extraño que de un
momento a otro las cosas cambien de una manera tan salvaje.
Joey sale
rápidamente y como pudo del instituto, sin embargo cuando miró atrás notó que
ese edificio botaba, expulsaba o chorreaba agua por todas partes y antes de
tener tiempo para alejarse lo suficiente del sitio, ocurrió una gran explosión
en llamas dentro de la estructura que lo dejó inconsciente aun estando fuera
del lugar.
Al cabo de 30
minutos, Joey despierta sobre un charco que se había formado, por lo que
imaginaba, gracias a los chorros de agua del instituto. Logra ver entonces que
el instituto ahora está quemándose por completo. Además, sus ojos se vuelven
pequeños frente al paisaje que se comienza a formar, un incendio a gran escala
que calcinó todos los edificios a su alrededor.
Joey camina entre
el fuego y el dañino paisaje que contempla, no se había visto un incendio en
más de 350 años y ahora hay uno a gran escala.
Mientras se abre
paso hay explosiones que dejan un molesto tintineo en los oídos de Joey,
observa también que hay cadáveres por la calle, incluso vio el cuerpo calcinado
de un canino igual al que lo seguía. ¿Realmente es el momento de preocuparse
por aquel pobre animal? La decisión correcta sería por lo menos acercarse, sin
embargo Joey sigue el trayecto.
Pasados diez minutos de
caminata entre el fuego, Joey comienza a notar que las cosas iban de mal en
peor, resulta que por mucho que camine, no encuentra un solo edificio que no
esté en llamas. Al momento de notarlo,
consideró un poco los asuntos. No hay más conclusión que el hecho de que
alguien esté tras de esta escena, pero ahora está muy herido y no tiene mucha
fuerza como para seguir caminando, lo que indica que después de tanto luchar,
el tiempo llegó a su final. Eso fue lo que pensó.
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