Capítulo 4
Lo
siguiente es un diálogo extraño que sucede en la mente de Joey mientras está
inconsciente.
“Sabía que no podía confiar en ti.” Dijo
una voz que se escucha a lo lejos. Es una voz relajante, y produce una paz y
seguridad interior. Se escucha como si fuera un hombre de unos 28 años, pero es
como si transmitiera sabiduría de 400 años.
“Después de haberte salvado dos veces, no has
podido calmar tu mente, deberías tratar de sobrevivir como cualquier persona lo
haría, pero en vez de eso, te quedas esperando la muerte.”
“Ah, ahora escucho voces, vaya que estoy
loco.” Dijo Joey mientras cortó sus ojos como señal de desinterés.
“Esa es una de las cosas que te hace débil,
crees solo en lo que estás acostumbrado a ver.” Contestó aquella voz. “Sabía que era un error que cayera sobre ti,
no era destino, nada de eso. Es un error, que este don haya caído sobre alguien
que no sea el hombre más fuerte del mundo.”
ALTO…
Estas palabras iluminaron un poco la mente de Joey. Recordó el momento en el
que pasó por donde se presentaba un espectáculo del Hombre más fuerte del mundo.
“Ahh claro, cómo no lo supe antes…” Dijo
Joey con la misma cara de desinterés acompañada de una con incredulidad.
“Ignorante. Ni siquiera puedo hablar con
alguien con tan poco coeficiente intelectual como tú.” Respondió aquella
entidad.
“No me jodas, ni siquiera sé quién eres para
que me vengas con tonterías e insultos de pendejo… ni siquiera existes.”
Contestó Joey
“Claro que no existo, pero eso no quiere
decir que nunca existí.” Replicó la voz… “Soy el primer Switch del poder de agua, fui el único Switch que existió
en este mundo durante la segunda gran batalla. Y ese fue el nombre que se me
otorgó.”
“Claro… claro. Eres superhéroe y yo soy el Quijote. Escúchame, no creo en estupideces…”
Respondió Joey.
“Por
eso te llamé ignorante. Dime Joey, ¿no es
extraño de por sí que estés hablando con alguien dentro de tus pensamientos?”
Cuestionó la voz.
Joey
se quedó callado al escuchar que aquella voz podría tener la razón. Además, no
se explicaba, si era real, ¿cómo es que conoce su nombre? “Nah, eres solo un producto de mi imaginación…” Replicó.
“No te mostraré el futuro , no tengo energía para hacer eso… pero
dejando de lado las diferencias y excepciones que tengo sobre ti, necesito tu
ayuda… mejor dicho, el mundo necesita tu ayuda, necesita de la ayuda del cuarto
Switch de agua.” Dijo el que se hizo llamar Switch.
“Espera,” interrumpió Joey, “¿que yo soy qué? ¿Acaso me llamaste igual
que tú? Ni pienses que te creeré.”
A
lo que responde Switch: “¿Quién crees que
te salvó el trasero dos veces allá afuera? ¿Qué clase de estúpido sigue
incrédulo cuando es testigo de sucesos extraños en solo tres horas?”
Joey
comenzó a creer un poco lo que le decía aquel misterioso personaje. “Cuéntame más.” Respondió. Ahora tenía
más sentido lo que decía. Joey recordó a los extraños sujetos, aquél de fuego,
otro de tierra y el otro aún más misterioso.
“No tengo mucho tiempo para explicarte las
historias pasadas, solo te puedo decir que un peligroso enemigo se acerca y
debes defender el planeta de su destrucción.” Dijo la voz con un tono de
súplica hacia Joey. “Eres el cuarto
Switch de agua, en tus manos está el poder más fuerte de todos los Switch, es
por eso que quise que lo tuviera el hombre más fuerte del mundo, de seguro él
sería más apto para este trabajo…”
Vaya,
me toca interrumpir el discurso que daba este primer Switch, yo no estoy muy
seguro de lo que dice. De hecho, considero que Joey es la persona más indicada
para este trabajo. Y lo puedo afirmar…
Imaginen
que el hombre MÁS fuerte del mundo
adquiere el poder, ¿qué historia se podría sacar de ese suceso? Sería, sin
dudas, algo bastante usual como cualquier otra historia, no tendría nada de
especial… además, apuesto que moriría en la explosión de la ciudad. Por eso no
comparto la opinión de aquella voz.
“No menciones más ese error,” interrumpió
Joey, “ya no hay nada que puedas hacer
para darle el Switch al hombre más
fuerte del mundo, hubo una explosión masiva y de seguro murió. Además, no puedo
creer que siendo alguien tan ancestral, te comportes de esa manera al pensar
que cometiste un error.” Respondió Joey con firmeza en su voz. Parecía que
era él quien daba las lecciones. “Debemos
trabajar juntos, ayúdame a derrotar a ese peligro del que hablabas.”
“No puedo hacer algo como quedarme a tu lado,
pero me has logrado convencer, te diré cómo usar tu poder.” Dijo Switch. “Ya te dije que poseías el poder del agua. Ese poder puede regenerar tu
cuerpo cada vez que te lastimes, pero no eres alguien que no siente dolor… así
que no seas imprudente. Lo segundo que debes saber es que puedes manipular el
poder que se te dio a voluntad, puedes lanzar el agua a gran presión, utilizar
el agua del aire para trasladarte o usarla como propulsión, también puedes
envolver tu cuerpo en agua para no sufrir daños, es como una armadura. No te
llamarás Ironman, pero sí Aquaman…” Explicó Switch.
“¿Aquaman? Nadie quiere a Aquaman… por qué no
me dijiste que yo era algo así como el fuego, con esas llamas, ¿cómo se te
ocurre pensar que el agua le gana al fuego?” Preguntó.
“Le gana, es naturaleza física.”
Respondió la voz mientras continuó. “Pero
no debes pelear contra ellos, al contrario, deben hacerse aliados, no podrán
contra la amenaza si luchan solos. Y necesito que la eliminen. Lastimosamente,
eso es lo único que puedo hacer por ti, solo tú puedes detener este peligro que
atormentó durante más de cuatrocientos años a este planeta.”
“¿No me dirás nada más? ¿No hay otro consejo?
¿Ya te vas?” Preguntó Joey.
“No puedo quedarme, y no volveré a hablar
contigo de esta manera, no tengo energías para hacer otra conversación así.
Perdóname… ya me tengo que ir” Respondió y así mismo como un padre cuando
va a comprar cigarros, se fue. Bueno, aunque la verdad, nunca estuvo… solo era
como un sueño oscuro donde se escuchaban voces.
Joey
despierta del sueño, igual como lo diría algún famoso cantante que aunque sigue
siendo un niño, juega a ser adulto.
Cuando
Joey despierta escucha una voz que dice: “¿Despertaste?
Ahh cómo soy estúpido, claro que despertaste y estoy preguntando sandeces. Bueno, como soy buena onda, no me he ido aún
solo para saludarte, ¿cuál es tu nombre chico drogado?”
Joey
como puede se levanta como puede, aún siente la pesadez en sus ojos. ¿Cuánto
tiempo habrá dormido? Eso es algo que no puede decidir a ciencia cierta,
visualiza el paisaje… está en un cuarto cerrado, sin color, con poca
iluminación, lo que más destaca son los barrotes, sin dudas se encontraba en
una celda.
Impactado,
se levanta con un salto, estaba dormido en una cama pequeña dentro de la celda.
Mientras va reconociendo más el lugar, se percata de la presencia de alguien
más en la celda.
“Oye, te estoy hablando a ti loco de los
poderes.”
“¿Quién eres?” Dijo Joey con una voz
apagada, justo la voz que tiene cualquier persona al despertar.
“Eso mismo pregunto yo, amigo…hace rato
estuviste murmurando algo sobre poderes y espectros mientras dormías. Bueno,
estuviste drogado así que no es tan raro… Para responderte, Yo soy Gabriel. Un
gusto… Te toca.” Respondió.
Joey
tiene una cara de confusión que no termina de comprender qué demonios está diciendo
aquel sujeto.
“¿Cómo que drogado? ¿De dónde sacas eso?”
Preguntó Joey.
“Ahh ¿ya no te acuerdas? Claro, debe ser
alguna droga mala… Pero ya no me ignores, dime tu nombre…” Dijo Gabriel.
Joey
no sabe qué está diciendo Gabriel, sin embargo responde a lo que pidió aquel
sujeto.
“Así que Joey, es que solo recordaba tu
apellido, cuando te encerraron aquí me dijeron que estuviste drogado por la
calle gritando cosas que tenían que ver con fuego y tierra… acuérdate, tengo curiosidad.” Respondió
Gabriel, se acercó a Joey para prestar atención a lo que responderá.
Joey
se queda callado por un momento, no cree lo que decía Gabriel… pero tampoco
descarta la posibilidad de que sea cierto. Joey se deja caer en la cama
confundido.
“Drogado…” Suspira.
“Pues claaaaarooo que no, ¿en serio te
estabas creyendo eso?” Gabriel tomó aire un momento. Luego de eso, rio
durante un minuto entero mientras Joey agachaba la cabeza para ocultar su
vergüenza.
“Eres un hijo de pu…”
“NO LO DIGAS JOEY. Tienes que saber que hice esto para desplazar tu mente lejos de lo que
estás viviendo, sé lo duro que es y lo duro que será. Por eso debes pensar en otras cosas. Tu mirada me dice que perdiste
mucha esperanza, que presenciaste cosas muy horribles, por eso lo hice.”
Dijo Gabriel con una voz acogedora.
“Entonces es peor.” Respondió Joey. “Si todo esto es real, ¿qué esperas de mí?
¿Un milagro? Una ciudad entera se calcinó, podía ayudar a salir de allí a una
persona, pero no lo logré, soy un imbécil.” Respondió Joey con el alma en
la garganta, pero ni una sola lágrima derramó, aunque ganas no le faltaron.
“Tranquilízate, libera tu mente, enfócate en
el presente, Joey.” Dijo Gabriel. “Lamento haber llegado tarde, si hubiese
llegado más temprano de seguro las cosas no hubieran sido iguales.”
“¿De qué hablas
ahora? Explícame.” Demandó Joey.
“Escucha, te
contaré quién soy. Como te dije antes, me llamo Gabriel, mi apellido es Sadat,
Nací en la península Arábiga, aunque no viví allí. ¿Recuerdas el incidente en
el desierto? ¿Al sujeto de rocas? Pues siguiendo era yo, allí sí pude llegar a
tiempo, la verdad, estuve a la persona de fuego, pero no pude salvar la ciudad.”
Explicó Gabriel.
Ahora, tengo que describir a Gabriel Sadat, es una
persona de 1,80m de altura, con músculos un poco tonificados, es como si
tuviera el cuerpo de alguien delgado pero con fuerza. Su cabello es castaño y
un poco largo, le llega hasta los hombros. Tiene una cara bastante firme, casi
se le nota un poco de musculatura en las mejillas, tiene ojos negros y cejas no
tan gruesas. Su piel es blanca, pero no tan blanca, de cualquier forma, lo que
más destaca es un tatuaje de dragón que lleva desde la muñeca izquierda, hasta
su hombro.
“¿Eras tú el que
apareció de repente? ¿Cómo puedes hacer eso?” Preguntó Joey.
“¿No lo sabes? Tú
puedes hacer lo mismo, solo que con agua, pero es lo mismo.” Respondió
Gabriel.
Joey recordó lo que dijo aquella voz en sus sueños, el
llamado Switch.
“¿Eres un Switch,
verdad?” Preguntó Joey.
“Lo siento, no sé
lo que es un Switch, pero si te refieres a si tengo poderes, pues sí, los
tengo. Soy el guerrero de Tierra, entrené por muchos años para conseguirlo.”
Respondió. Joey deduce que sí se trata de un Switch.
¿Cómo deduce Joey que es un Switch? Bueno, es más que
nada pura intuición, solo comienza a pensar que las palabras del Switch lo
decían, solo con recordar “Soy el primer Switch de agua”, considera que hay
otros Switchs de distintos poderes.
“¿Entonces hay más
guerreros? ¿Cuántos?” Preguntó
Joey.
“Lamentablemente
solo conocía de dos guerreros, uno de tierra y uno de fuego. Pero al parecer
estás tú y el que nos encerró aquí.” Respondió Gabriel mientras analizaba
los barrotes de la celda, como si buscara alguna manera de salir de allí.
Joey, al escuchar lo que contestó Gabriel, recuerda a
aquel tipo que parecía no tener poderes, pero con una gran fuerza. Le comenzó a
interesar más acerca de lo que estaba sucediendo.
“¿Qué sabes acerca
de él? Me refiero al que o nos encerró aquí.” Preguntó Joey
“Solo sé que es
muy, pero muy fuerte, y quién no lo sería con ese poder, domina el aire a su
antojo, yo opino que hay que nerfearlo.”
“¿Nerfearlo? ¿A qué
te refieres con eso?”
“Ya sabes, nerfear…
es bajar las estadísticas de un personaje para hacerlo menos poderoso, ¿qué
nunca has jugado videojuegos?” Respondió Gabriel.
Joey niega con la cabeza porque no termina de comprender
de qué le están hablando, a lo que se le ocurre una pregunta para cambiar el
tema.
“Oye, si eres de
Arabia, ¿Cómo puedes hablar español?” Preguntó
“Internet, solo internet… pero ya te dije que
no me crie en Arabia, así que no sé el árabe.” Respondió Gabriel.
En
ese momento, la conversación se detuvo unos minutos, Joey solo se recostó en la
cama y observaba a Gabriel que seguía analizando la celda y de vez en cuando,
se recostaba en la otra cama de la
celda. Pasados 5 minutos, Joey retomó la conversación.
“Dime, ¿Sabes dónde estamos?” Preguntó
con preocupación.
“Es el desierto del Sahara, estamos en la
prisión de Adrére Amellal. Se ve linda.” Contestó.
Joey
miró cómo sus manos temblaban, sintió miedo.
“¿Tienes un teléfono?” Preguntó ahora con
un aire de ansiedad, se levantó de la cama y miró por la ventana.
“Oye, tranquilo viejo, en las cárceles, los
prisioneros no tienen teléfonos.” Contestó Gabriel.
“No, no, no, no lo entiendes, necesito
hablarle… debo salir de aquí.” Dijo desesperado.
“¿Hablarle a quién?” Preguntó Gabriel.
“Mi novia, ella sobrevivió al incendio, pero
no sabe que estoy bien, de seguro se enteró de lo que pasó.” Contestó y se
dejó caer en la cama otra vez.
“¿Sabes? Ese es el espíritu que estaba
esperando de ti.” Respondió Gabriel. “Es
una cárcel, de seguro si sales de la celda, habrá un teléfono en alguno de los
pasillos. Solo debes salir…”
La
sonrisa que puso Gabriel decía que tramaba algo.
“¿Encontraste una salida verdad? ¿Cómo puedo
salir de aquí?” Preguntó Joey con un poco de brillo en sus ojos, como si la
esperanza regresara poco a poco.
“Bueno, yo sé cómo salir, el problema es que
tú no puedes hacer lo mismo. De hecho, estuve analizando la celda para saber
qué podrías hacer en esta situación, pero creo que simplemente no lo lograrás.”
Respondió como si lo provocara. “Ya te
salvé la vida, así que no te pienso supportear
otra vez… bueno, creo que me salvó a mí ese tipo que nos tiene aquí, no pensé
que chispitas fuera tan fuerte, cuando lo vea le voy a dar una paliza, ya
verás. Bueno, la verás si sales de aquí.”
“Espera, tienes que ayudarme…” Imploró
Joey.
“¿Ayudarte? No necesitas ayuda, créeme. Ahora
me retiro, debo encontrar a chispitas, de seguro está en algún lugar de aquí.”
Contestó Gabriel y antes de que Joey pudiese protestar, se marchó dejando solo
un rastro de arena y tierra.